La arquitectura no solo usa de paredes y cubiertas ladrillo y metal…la arquitectura, o por lo menos la arquitectura de verdad usa una infinidad de posibilidades más, adquiridas por la luz, la textura, los colores, la escala…que ofrecen una infinidad de posibilidades y unos resultados únicos y maravillosos.
De esta manera y mediante la combinación de los distintos elementos abstractos nombrados anteriormente se pueden conseguir gran multitud de efectos y sensaciones que casi nunca tienden a repetirse en distintas obras. Todas estas posibilidades que nos transmite la arquitectura hacen una que aparezca una sensación global maravillosa de la obra.
Una de estas sensaciones es la que nos proporciona la escala. La escala es el establecimiento de relaciones entre el espacio y las personas, porque son éstas segundas el centro de todo; lo creado está hecho para las personas y más que nada la arquitectura está, o debe de estar, hecha para el hombre. En arquitectura siempre debemos buscar la proporcionalidad, que la escala sea correcta porque esto nos da una sensación visual bella y sin “desperfectos”. En clase se puso el ejemplo, que en mi opinión fue muy acertado, de la obra conocida como Las Aventuras de Gulliver como contrapuesto de la armonía que produce la proporcionalidad y la escala, un hombre gigante en el mundo real seria una cosa que nos impresionaría. El mismo puede ocurrir en la obra de Alicia en el país de las maravillas, con tantas desproporciones y crecimientos que nos da sensaciones de extrañeza. La luz es, en mi opinión, un elemento esencial en la arquitectura y que nos proporciona una amplia gama de posibilidades. Con los juegos de luces y sombras se pueden crear lugares lúgubres, sobrecogedores, mágicos, irreales… se puede crear una atmósfera mágica y especial a nuestro alrededor que nos hace sentir un sinfín de sentimientos y nuevas sensaciones.
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