Antonio Sáseta.
Esta semana hemos tenido el placer de recibir la visita de Sáseta, profesor de la E.T.S.A.S del que los alumnos del grupo 11 hemos oído hablar muy bien pero que no habíamos llegado a conocer.
La comparación de la arquitectura y el arte fue el punto inicial al reto intelectual que Sáseta nos promovía, pues, las artes han comenzado todas en un punto más objetivo y han decantado a lo subjetivo, pero no ha ocurrido lo mismo con la arquitectura, sigue siendo presa del objeto, y a su vez mantiene el aspecto del arte, o debe hacerlo.
Un gran error cometido por mucho arquitectos es crear sus obras con el fin de crear una arquitectura perfecta y preciosa para la etnia, pero, ¿y las personas?, son la fuente de la cual debe manar la arquitectura, la preocupación formal por el ser humano debe ser necesaria, dejemos a un lado ese error, hagamos obras bellas y útiles, y no simples monolitos sin valor alguno incrustados de derroche.
Tanto la utilidad como la belleza deben ser considerados por igual, ni más de uno ni menos de otro, somos arquitectos, distintos a los ingenieros, su exceso en utilidad debemos rebajarlo para compensar nuestra faceta artística, pues, solucionamos problemas pero, bajo un punto de vista bello.
Apartemos la mecánica fría y demos calor a nuestras obras, y para ello, es necesario un colectivo constante en ellas, debemos conseguir una expresión de cara al público y viceversa.
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