Este ha sido un curso que podemos prácticamente definir con tres palabras: Arquitectura por horas. Casi todas las charlas, clases, conferencias, derivas, trabajos… han ido encaminadas a conseguir lo que hemos conseguido: realizar un proyecto a escala 1:1 en el espacio público de la Casa de la Moneda.
Yo incluso diría que mi trabajo paralelo sobre intervención en un espacio privado, también se podrían aplicar algunas cosillas al propio proyecto.
La verdad es que en este proyecto (Scatola Rossa), han hecho que me agobie, que me divierta, pero sobre todo, ha hecho que viva una experiencia muy enriquecedora que podría ser única en la vida. Construir algo en medio de la calle y que casi todo el mundo se interese, se fascine o incluso te felicite por lo que estás haciendo.
Como primer punto que me gustaría resaltar es que, a pesar de nuestro limitado número de cantidad de material, pudimos hacer algo muy aproximado a lo que todos queríamos hacer, y salió casi a la perfección:
- Cumplimos el objetivo de llamar la atención con creces. Incluso antes de terminar nuestra intervención, ya había muchísima gente expectante que se paraba a mirar, a fotografiar o incluso a interesarse y preguntar por aquello que estábamos construyendo y el por qué de hacerlo.
- Cumplimos el objetivo de dirigir un flujo de personas hacia el interior de la Casa de la Moneda. Y es que, aquellas personas que simplemente se encontraban visitando la ciudad, o simplemente paseando sin prisas, entraba a través de nuestra intervención hacia el resto de proyectos.
- Cumplimos el objetivo de publicitar la Casa de la Moneda y el resto de intervenciones. Era curioso observar la cara de sorpresa al saber que al final de todas las intervenciones se encontraba un edificio tan histórico como la casa de la moneda. Mucha gente después de indicarles el camino hacia el resto de intervenciones, y como consecuencia al interior de la Casa de la Moneda, visitaron el recinto.
La verdad es que se me quedó un sabor un poco agridulce, ya que me habría encantado observar y estudiar qué hubiera pasado su hubiésemos dejado algo de más tiempo la intervención. ¿Quién sabe que podría haber ocurrido?
El mismo día de la intervención por la tarde tuvimos una conferencia en la que Alfredo criticó duramente nuestro proyecto. Simplemente lo resumo en esta frase: ‘Los arquitectos no somos agentes de tráfico que dirigen a los coches’. La verdad es que en ese momento nos desanimamos mucho, porque destruía todo nuestro proyecto. Por ello nos pusimos manos a la obra para que en la presentación del día siguiente se viese que no era simplemente dirigir a la gente, sino que había un estudio detrás que justificaba el proyecto y que le añadía otros aspectos.
Otra frase que me hizo reflexionar un poco, no la recuerdo exactamente, es que la arquitectura en espacio público se tiene que crear para la estancia del ciudadano. Comentándolo con un compañero, concluimos con que la arquitectura en espacio público debía ser un ligar de estancia móvil, es decir, que una persona pueda disfrutar de dicho espacio paseando, jugando, haciendo deporte…
Un espacio público no debe ser estático nunca, sino móvil.
No hay comentarios:
Publicar un comentario