21 jun 2011

Reflexión final

La intervención en la Casa de la Moneda me ha parecido una acción realmente interesante, una experiencia única en la que hemos podido participar. Me ha parecido muy positiva en muchos aspectos.

Para comenzar, hemos aprendido a analizar el espacio, y no me refiero a saber cuánto mide una calle de ancho o de qué material es el suelo. Hemos aprendido que la arquitectura es mucho más que eso, que existen innumerables factores que influyen a la hora de realizar un proyecto: los factores inmateriales, las sensaciones que el lugar transmite, su historia, su diario, su textura, las personas que pasan por él, los sonidos, si es un lugar tranquilo o agitado… como he dicho antes, factores innumerables.

En este sentido, el estudio de contextos me ha resultado realmente interesante, pues es cierto que para llevar a cabo un proyecto no puedes encerrarte con un lápiz y un papel y diseñar un proyecto en una hoja en blanco, sin tener en cuenta el contexto, un proyecto que se pueda proponer en cualquier parte. El proyecto está íntimamente ligado al lugar donde se proyecta, y nunca será el mismo si se coloca en un lugar o en otro. Es necesario conocer ese lugar. Vivirlo.

Por otra parte, me ha parecido también muy bien la organización del trabajo, con un primer contacto individual, pensando diferentes propuestas de intervención, dándole vueltas individualmente para próximamente trabajar en grupo. Así, todos podíamos aportar muchas ideas y estábamos todos muy concienciados con el tema y 10 cabezas siempre piensan mejor que una. Desde mi punto de vista, el trabajo en grupo ha sido muy bueno y enriquecedor.

Por otro lado también está la cuestión de que el proyecto tuviese que ser construido a escala 1:1, por nosotros y sólo con material reciclado. Al principio me parecía de locos, mas ahora lo apoyo por completo y creo que hemos conseguido resultados aceptables teniendo en cuenta la limitación de tiempo y medios.

El hecho de que hubiese que construirse nos ha limitado mucho, mas ha tenido como consecuencia la evolución del proyecto. A base de “hacer” íbamos detectando fallos y buscándole distintas soluciones entre todos, y poco a poco, semana tras semana fue desarrollándose el proyecto, de error en error y poco a poco, hasta llegar al resultado final. Hablo de problemas desde, cómo realizar los arboles, qué material, qué forma, cómo se transportarían hasta el lugar de la acción, problemas inesperados como el hecho de que los arboles no se aguantaban por sí solos…

Como conclusión de la intervención, me gustaría decir que aunque me siento orgullosa con el resultado, la intervención hubiese dado mayor fruto si no hubiésemos estado tan limitados por el tiempo y el material. Que los arboles podrían haber sido más grandes y haber ocupado más espacio, pues así, ocupando el ancho de la calle, la gente comprendería que sí se puede pasar bajo ellos, ya que mucha gente supuso que era una simple obra de arte, como una escultura bajo la cual no se podía pasar, aunque fueron muchos los que se atrevieron a recorrer ese pequeño bosque. Así, mayorando la intervención, creo que podría haber cumplido mejor su finalidad y la intervención hubiera cobrado mayor sentido.

En resumen, me ha resultado una acción que me ha aportado mucho y una experiencia única e irrepetible en la que no se puede participar todos los días.

No hay comentarios:

Publicar un comentario