La semana pasada tuvimos una jordana intensa pero interesante. En la clase de creatividad colectiva nos “enfrentamos” a alumnos de PFC. Teníamos que transformar una caja de cartón, cada grupo tenía unas costricciones, pero la finalidad era la misma. Fue interesante ver como los alumnos de PFC hacían cosas reales, con nombre (pato, televisión...), sin embargo, los alumnos de primero la mayoría de los trabajos que hicimos no tenían forma aparente ninguna, eran objetos abstractos.
Quizás esto significa que cuando uno empieza a ver e intentar entender la arquitectura no pone límites a la imaginación y no crea objetos ya inventados, al contrario de los alumnos que están a punto de salir de la escuela, que conocen de sobra lo real y lo irreal, aquello que se puede construir y lo que no.
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