15 may 2011

S10_reflexion paralela

Muchos arquitectos pierden la creatividad, la magia en su arquitectura. Esto ocurre porque las ciencias nos cuadriculan la mente y no nos dejan ir más allá de lo que vemos o sabes a través de demostraciones numéricas. La razón pisa a la imaginación y a la inocencia de la vida.
En un proyecto de intervención en el espacio público es muy importante tener la mente abierta a todo tipo de posibilidades. Todo proyecto debe tener una historia detrás, no podemos dejar que la forma se apodere de la función. Un proyecto tiene que tener vida en sí mismo y ser de una forma provocada por la necesidad o por un motivo concreto, no porque si.
Todo tiene que tener una explicación y se hace con una finalidad, por eso mismo no podemos dejar que la forma prime a la función.



Si sometemos un proyecto a diversos cambios nos damos cuenta que produce sensaciones totalmente diferentes y esto ocurre porque la historia cambia y por tanto el espectador se ve implicado en ella de forma diferente. Este sentido lúdico de la arquitectura hace que se produzcan más interacciones entre el proyecto en sí y las personas.

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